La cebolla frita es una base que podéis tener hecha guardada en un tupper en la nevera, y que puede acompañar una hamburguesa o cualquier otro sandwich. También para la pasta o hasta en una pizza. La cantidad de aceite que os he puesto en la receta es aproximada, no ha de cubrir las cebollas cuando las pongamos en la sartén. El aceite que os sobra una vez escurridas las cebollas, lo reservamos para un guiso por ejemplo, pues tiene todo el aroma de la cebolla y el orégano.

Esta salsa o crema la podéis utilizar para muchas recetas. No es complicada de hacer solo hay que tener en cuenta que es muy importante hacer bien el Roux, que es el primer paso de fundir la mantequilla, incorporar la harina y cocinar para que no quede cruda. Si esta base está bien cocinada añadir la leche ya no cuesta nada, pues aunque con las barillas os quedase algún grumo, con la batidora en un momento estaría solucionado. Para hacer la bechamel me gusta mezclar la leche con crema de leche (sin lactosa, ya que tenemos un intolerante a la lactosa en casa), pues tiene otro sabor, y la harina con la harina fina de maíz, ya que las salsas quedan más suaves.

Esta receta es una base para poder hacer un plato de pasta, una paella, un arroz a la cubana, unos huevos estrellados con tomate, etc. El día que tengáis más tiempo para cocinar preparáis este sofrito base y a la nevera en un bote de cristal, incluso se puede congelar y tener preparado para otro momento en que tengáis menos tiempo. Cuando no es tiempo de tomates y estan tan caros, podéis sustituirlos por una lata de tomate triturado natural o incluso mitad naturales y mitad del triturado. Yo lo he triturado con la batidora, pero si os gusta encontrar los trocitos de cebolla y pimiento lo podríais dejar sin triturar.

Esta receta, si se le puede llamar receta, es un básico, pues si lo tenéis preparado en la nevera, lo podéis utilizar para muchas cosas y ganar tiempo sin tener que estar pelando los ajos y cortando el perejil. Por ejemplo para hacer unos champiñones a la plancha, un bistec, unos espárragos verdes, etc. Espero que lo probéis y os ayude a ganar tiempo y sabor en vuestra cocina.

Esta es una receta de mayonesa clásica casera pero con un punto picante que se lo da el diente o dientes de ajo que le pondremos. Es suave porque utilizamos aceite de girasol, que tiene un gusto más neutro y con el ajo le damos un punto picante. Si os gusta mucho el ajo, le ponéis 2 dientes de ajo y ¡seguro que no se os acerca ni un vampiro! Se hace muy rápido, en un momento la tenemos preparada para utilizar. Solo hay que tener en cuenta que al no llevar conservantes hay que consumirla rápido. En casa cuando sobra, hacemos unos vegetales para cenar y ya no hay problemas de conservación. La podemos utilizar para hacer un pastel de pan de molde, unos huevos rellenos, etc